En lo tocante a nuestro Sistema de Pensiones no es ésta la única reforma sobrevenida a la largo de la historia de nuestro régimen pensionista pero, sin lugar a dudas, resulta la más mediática de las producidas hasta el momento por dos motivos fundamentales; primero, porque se produce en un entorno económico altamente crítico y, segundo, porque torpedea la línea de flotación del cotizante más abnegado.
Recordemos, brevemente y a título informativo, aquellas reformas acometidas con anterioridad:
- En el año 1985 se incrementa el período mínimo de cotización que pasa de 10 a 15 años y el cómputo de la Base Reguladora que pasa desde los 2 hasta los 8 años.
- En 1994 se constituye la Comisión para el Informe sobre Problemas y Reformas del Sistema.
- En 1995 se produce el llamado Pacto de Toledo y sus "15 Recomendaciones".
- En 1996 se produce el Acuerdo sobre Consolidación y Racionalización del Sistema de la Seguridad Social.
- En 1997 se aprueba la Ley 24/1997, de 15 de julio, de Consolidación y Racionalización del Sistema de la Seguridad Social, donde se regulan dos aspectos fundamentales como es el incremento del cómputo de la Base Reguladora que pasa de los 8 a los 15 años y la creación del llamado Fondo de Reserva.
- En 2001 se aprueba la Ley 35/2002, de 12 de julio, de Medidas para el establecimiento de un Sistema de Jubilación gradual y flexible. Se establece la jubilación a partir de los 65 años y la jubilación anticipada a partir de los 61 años.
- En 2003 se produce el Informe de la Comisión no permanente para la valoración del Pacto de Toledo y sus 22 Recomendaciones. Se aborda la proporcionalidad entre la pensión y toda la vida laboral.
- En 2006 se produce el llamado "Acuerdo sobre Medidas en Materia de la Seguridad Social".
- Primera.- Aumento paulatino de la edad de jubilación, a partir del año 2013 y hasta el 2027, pasando de los 65 años actuales a los 67 años.
- Segunda.- Ampliación gradual de los años de cálculo, desde el año 2013 hasta el 2022, pasando de los últimos 15 años actuales hasta los 25 años.
- Tercera.- Incremento progresivo, desde 2013 al 2027, de los años de cotización para la obtención de la pensión máxima, pasando de los necesarios 35 años a 37 años cotizados, y con 65 años cumplidos, antes precisábamos haber cotizado 35 años y ahora 38 años y medio.
A todo esto hay que añadir, como colofón, al endurecimiento de esta nueva reforma que la misma no contempla —nunca se contempló— la actualización monetaria en base al incremento del IPC de las bases reguladoras cotizadas en años anteriores. Ello provoca, inevitable y claramente, una pérdida de poder adquisitivo al no recogerse en el cálculo de la pensión el efecto inflacionista.
Si tenemos en cuenta que nuestro Sistema de Pensiones utiliza dos variables para el cálculo de nuestra pensión como son, los períodos de cotización y las aportaciones realizadas, parece razonable pensar que, a mayor esfuerzo, mayor recompensa.
Y, a tenor de todo esto, nuestro sistema en realidad se sustenta sobre bases que pueden llegar a constituir un auténtico fraude al establecer como principio de liquidez del mismo el llamado Sistema de Reparto. Esto es, en resumidas cuentas los que entran pagan a los que salen, lo que se asemeja bastante al fraudulento timo piramidal conocido como "Sistema Ponzi", situación que se va agravando dado que la base de la pirámide, formada por los que entran al sistema, se torna cada vez más estrecha en relación al vértice del la pirámide, los que salen, donde se ensancha cada vez más, entre otros motivos, por el buen dato de esperanza de vida que tenemos añadido al descenso demográfico y aumento del paro juvenil.
Si a todo esto añadimos la permisibilidad de nuestro sistema en la concesión de prejubilaciones, en la cada vez más recurrida opción a los expedientes de los llamados ERE, la falta de trabajo para nuestra masa activa, la incorporación más tardía de los jóvenes al mercado de trabajo… no puede sorprendernos que todo ello nos lleve inexorable e inevitablemente a un colapso de nuestro sistema.
Me pregunto, si no sería posible llevar a cabo un verdadero cambio en el sistema para instaurar un auténtico "Sistema de Capitalización", en vez del que tenemos. Un nuevo sistema donde se constituyese una "unidad de cuenta" por cada cotizante en la que se capitalizasen individualmente las aportaciones realizadas a lo largo de toda la vida laboral y así, llegado el momento de la jubilación, poder tener y disponer del capital adecuado para nuestra jubilación.
Me pregunto, si no sería posible llevar a cabo un verdadero cambio en el sistema para instaurar un auténtico "Sistema de Capitalización", en vez del que tenemos. Un nuevo sistema donde se constituyese una "unidad de cuenta" por cada cotizante en la que se capitalizasen individualmente las aportaciones realizadas a lo largo de toda la vida laboral y así, llegado el momento de la jubilación, poder tener y disponer del capital adecuado para nuestra jubilación.
¿No sería esto el reflejo de nuestro propio esfuerzo, no reflejaría esto la proporcionalidad que se busca entre la pensión y nuestra vida laboral cotizada....? ¿Sería posible llegar a un "Sistema Mixto"...? ¿Sería posible utilizar el Fondo de Reserva como herramienta para llegar a este sistema de capitalización...?
Dicen los entendidos que esta reforma se ha quedado en un camino intermedio, dado que una de las intencionalidades que se planteaba, utilizando como excusa la, cada vez mayor, esperanza de vida que tenemos, era considerar como verdadera edad de jubilación la de los 70 años, y que, bien por razones sociales o, más bien, político-electoralistas, no llegó a instalarse como uno de los pilares de esta reforma.
Dicen los entendidos que esta reforma se ha quedado en un camino intermedio, dado que una de las intencionalidades que se planteaba, utilizando como excusa la, cada vez mayor, esperanza de vida que tenemos, era considerar como verdadera edad de jubilación la de los 70 años, y que, bien por razones sociales o, más bien, político-electoralistas, no llegó a instalarse como uno de los pilares de esta reforma.
En ALFICO nos tememos que esta reforma no será la última que se acometa y ya veremos en la siguiente a que datos socio-político-económicos recurre nuestra clase dirigente para acometer la que, sin lugar a dudas, vendrá y mucho antes de lo que podamos pensar, so pena que nos sea impuesta por exigencia de instituciones u organismos externos a nuestra propia economía.
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